La lucha de los lápices

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«Tomala vos, damela a mí: por el boleto estudiantil”. A pocos días de conmemorarse un nuevo aniversario del brutal e infame episodio denominado como “La noche de los lápices”, el estudiantado tucumano realizó la cuarta manifestación a las autoridades, al cumplirse dos semanas del inicio de las tomas de las facultades de Filosofía y Letras y de Psicología. El trasfondo del reclamo es el mismo entre estas dos generaciones separadas por más de tres décadas: mejorar la educación.

El 16 de septiembre de 1976, un grupo de diez estudiantes fueron secuestrados y torturados por agentes de la última dictadura cívico-militar que sufrió el país. El reclamo de entonces: boleto estudiantil. Casi 37 años después, frente a la inacción y el “olvido” de las autoridades universitarias y gubernamentales de la provincia para con los derechos y reivindicaciones anulados por las dictaduras, al menos 1.500 estudiantes inundaron el Rectorado para acompañar a los voceros de las asambleas a una reunión del Consejo Superior.

Temprano para maquinar

En la mañana,  los estudiantes de la toma amanecieron con una convocatoria sorpresiva del secretario de Bienestar Universitario de la UNT, Mauricio Argiró (UCR), y del subsecretario de Extensión Universitaria, el camporista Ricardo Zupán, con los consejeros estudiantiles a la que no fueron invitados los voceros de las asambleas. Argiró, según la versión vertida por los voceros, consignó que la reunión –en principio- era con sólo con los consejeros estudiantiles, a los que se refirió como “autoridades institucionales”. Los voceros, sin embargo, se anoticiaron del evento por el aviso de uno de los consejeros. El objetivo de la reunión, según las autoridades universitarias, era mantener canales de diálogo con los estudiantes aunque el mitin fue convocado a espaldas de los representantes elegidos por las asambleas.

A la siesta: la calle, el escenario

Tras dos marchas al rectorado y una a Casa de Gobierno, la manifestación de ayer duplicó las convocatorias anteriores. Junto a los estudiantes de las facultades tomadas, marcharon en adhesión a los reclamos compañeros de Ciencias Naturales, de Agronomía, de Arquitectura, de Artes, de Ciencias Exactas, de Educación Física, de Medicina, de Ciencias Exactas y de algunas escuelas universitarias de la UNT -Sarmiento, Bellas Artes y Gymnasium-. También brindaron su apoyo los afiliados de la Asociación de Docentes e Investigadores de la UNT (Adiunt). Adiunt había dictado un paro el día de la marcha para unirse a las reivindicaciones de los estudiantes y reclamar por la implementación de la carrera docente con estabilidad laboral y la solución a los docentes que accedieron a un cargo regular por concurso y que devinieron en interinatos.

Los cánticos, cargados de lenguaje político, remitieron directamente a los cuatro pedidos fundamentales resueltos en asamblea: la sanción de una ley que declare el estado de Emergencia por violencia sexual y doméstica, justicia por los casos de abuso sexual denunciados en el último mes, la reapertura de los comedores universitarios y la implementación de un boleto estudiantil para todos los niveles de formación.

Cuando las columnas que marcharon ingresaron al Rectorado, la sesión del Superior ya había comenzado. En ella, las autoridades, encabezadas por el Rector Juan Alberto Cerisola, resaltaron las gestiones que se realizaron para la reapertura de dos comedores universitarios (mediante gestiones de La Cámpora), y para “garantizar la seguridad en las proximidades a los centros Herrera y Prebisch, con la puesta en marcha de corredores seguros”. La semana pasada, el secretario de Seguridad Ciudadana, Paul Hofer, había aseverado que la “seguridad”, era un ítem garantizado “desde hace tres meses”. Inclusive, se hizo circular en la reunión del Consejo un dossier con las especificidades del plan de seguridad.

En caso de que las cuatro exigencias fundamentales del movimiento estudiantil se otorguen, se tratará de la mayor victoria estudiantil desde el regreso a la democracia, en 1983. La consagración efectiva de los derechos estudiantiles con la reapertura de los comedores universitarios y con la implementación del boleto estudiantil gratuito, se traducirán en la mejora de las condiciones de educación negadas no sólo durante las dictaduras, sino también durante los treinta años de democracia en la provincia.

Martín Dzienczarski
estudiante de Ciencias de la Comunicación.

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